lunes, 24 de abril de 2017

Teleférico vigila inseguridad y tormentas con 1.300 cámaras


 
Con capturas certeras, las imágenes de 1.300 cámaras de vigilancia   se  amplifican en 66 pantallas monitoreadas por 22 funcionarios. Conectados mediante la red y micrófonos,  buscan cualquier factor que altere  las operaciones normales de Mi Teleférico.
Página Siete / Leny Chuquimia /  La Paz 
 
En tiempo real, al flamante edificio construido en predios de la Estación Central llegan imágenes de las paradas del sistema de cable en Ciudad Satélite, Cotahuma,  Irpavi, Alto Obrajes, 16 de Julio o Río Seco. Entre todas  hay grandes distancias, pero eso ya no es problema. Cualquier   incidente, por pequeño que fuera, es detectado y de manera inmediata  la imagen es disparada en una pantalla que cubre toda la pared. 
 
Como parte del festejo por sus tres años, la estatal Mi Teleférico puso en marcha el viernes un moderno   sistema de detección de tormentas y una red de  video vigilancia compartida con el C-4  de la Policía Boliviana.   Estos son solo dos de los 11 sistemas  que son parte del  nuevo centro de control de operaciones del transporte por cable. 
 
"¿Por qué es necesario un centro de control? Pues porque nos hemos convertido en uno de los sistemas de transporte referente a nivel nacional y mundial. Ya monitorear  las primeras tres líneas era complicado, monitorear las cuatro que están en funcionamiento y sumar las nuevas pide el uso de la tecnología  para la toma  decisiones sobre la marcha”, señala el gerente de Mi Teleférico, César Dockweiler. 
 
En tres años, los ramales en  funcionamiento han transportado a más de 75 millones pasajeros. Estas cifras implican  una gran concentración de funcionarios en andenes, áreas exteriores, boleterías y en las cabinas.     
 
"Debemos estar en capacidad de evitar todo tipo de incidentes. Por eso nos estamos apoyando plenamente en la tecnología para que todas nuestras operaciones sean seguras y de alta calidad”, asegura el gerente.
 
A nivel mundial, el nuevo centro  tecnológico es el primer sistema de control de teleféricos. La información recogida podrá ser compartida con diferentes instancias y usada tanto con fines investigativos como de alerta climatológica.
 
En el centro funcionan un total de 11  sistemas distintos. Cada uno está dedicado a la supervisión de un aspecto en específico. El monitoreo del servicio electromecánico es uno de ellos.
 
"Actualmente hay cámaras en las torres  que  vigilan el cable y las cabinas. Todas se complementan con una infinidad de sensores que nos   indican la posición del cable, la apertura de las puertas o la presión de la pinza de las  cabinas”, explica Dockweiler.
 
Si uno de esos sensores o cámaras detectan una posible falla o error, mandan una alerta   para su corrección. Ahora estas alarmas podrán ser resueltas y aisladas del conjunto sin importar donde haya sido     la falla. 
 
"Son esas alertas con las que tomamos la decisión que muchas veces ha implicado sacar las  cabinas. Lo mismo ocurre si el cable se mueve de su carril, nosotros tenemos la señal antes de un posible  descarrilamiento”.
 
Un detector de tormentas 
 
Hasta la semana pasada, la cercanía de  tormentas eléctricas -que obligan al teleférico a parar sus operaciones- se determinaba al cálculo. Sin embargo, el centro de monitoreo ya cuenta con un sistema de detección  capaz de medirla velocidad y el rumbo de los eventos climatológicos  ya formados. Esta información será compartida con la dirección de riesgos del  municipio.    
 
El radar se encuentra en la estación Mirador de la línea Amarilla de Ciudad Satélite y tiene un alcance de 80 kilómetros a la redonda. Es capaz de predecir en cuanto tiempo llegará una tormenta a alguna de las líneas.   
 
"El teleférico es absolutamente seguro, puede caer un rayo en el cable o en la cabina y ninguno de los pasajeros va a sufrir ningún tipo de daño. El tema es que este es un sistema que trabaja con muchos sensores y computadoras que pueden quemarse, generando daños que requieren de días para su reparación; ahora evitamos esos riesgos”, manifestó el gerente del teleférico.   
 
Seguridad ciudadana
 
Las 1.300 cámaras de vigilancia  con las que cuenta  Mi Teleférico serán destinadas también para la seguridad ciudadana. Mediante  una red de fibra óptica las imágenes  podrán ser vistas en el centro de monitoreo C-4 de la Policía.  Los registros serán vigilados por 22 funcionarios, pero en el caso de seguridad ciudadana tres efectivos especializados serán los encargados. Los sensores de las cámaras están diseñados para facilitar la supervisión.
 
"Por ejemplo, tenemos cámaras que son capaces de responder al sonido. Es decir, si alguien grita por cualquier motivo el equipo más cercano buscará dónde fue el incidente e inmediatamente podremos ver    lo que ocurre, si es un robo, un rapto o una agresión”, dijo Dockweiler.
 
 Asimismo, los aparatos de vigilancia advierten sobre objetos que se mantengan inmóviles y no hayan aparecido antes en la escena. Esos sensores ayudarán a detectar objetos olvidados e incluso artefactos explosivos.
 
Mediante el monitoreo también se podrá identificar ciertas facciones en rostros que pasan por los andenes o boletería. Esto con el fin de   colaborar en  investigaciones policiales, si así fuera necesario. "Y las cámaras exteriores guardarán número de placas de vehículos”.  

Los otros sistemas

Como en los aeropuertos o terminales, desde el viernes en cada estación del teleférico funciona una pantalla informativa. Ese es uno de los sistemas más cercanos al usuario que difunde horarios de atención, informa  sobre suspensiones temporales, las  causas de ellas o el momento de reposición del servicio. 
   
"Todo para que el usuario tome sus previsiones, por ejemplo, en caso de tormentas. En estas pantallas podremos advertir que en un tiempo determinado se evacuará el sistema”.   
 
Desde el interior de la enorme sala de monitoreo, la vigilancia  al sistema de transporte por cable es constante. Los funcionarios están alerta ante cualquier requerimiento de los usuarios.      
 
Una inversión de 1,5 millones de dólares 

El moderno centro de control y monitoreo de Mi Teleférico significó  una inversión de 1,5 millones de bolivianos. Ese monto está contemplado dentro de la inversión total de la segunda fase del sistema.

"Estaba previsto desde un inicio. Cuando hicimos el plan en 2012 ya sabíamos que era una red, pero teníamos que arrancar primero explicando a la gente qué era el teleférico y que conozca el sistema. Ahora hay que informarle sobre la red completa, para el 2019 ninguna línea esté aislada se requiere de un centro de monitoreo”, aseguró el gerente del Mi Teleférico, César Dockweiler.      
Para seguridad de las operaciones, el centro de control contará con funcionarios extra. Es decir que el personal de las estaciones no será concentrado en la nueva  infraestructura ubicada en la estación de la  línea Roja.
Para la capacitación de los funcionarios, desde España   llegó un experto. En días pasados realizó  las pruebas tanto de cada uno de los equipos de monitoreo  como la capacitación de los operadores. 
 
"Todo nuestro equipo está conformado con profesionales bolivianos porque somos  capaces. Muchos de nuestros trabajadores capacitados en la primera fase fueron llevados al  exterior por su valor”, manifestó el gerente.
 
Como parte de la formación  del nuevo personal, también la estatal construyó una sala de simulación. En ella los trabajadores podrán realizar prácticas en diferentes operaciones informáticas o electromecánicas.
 
Como parte  de la  conformación de la red de ramales, actualmente   Mi Teleférico realiza un estudio técnico de tarifas. El mismo determinará un precio adecuado  para la sostenibilidad del sistema, pero que también se acomode al bolsillo de la población.
 
"Tenemos que ver que el teleférico es un proyecto social. Pagar tres bolivianos por cada tramo tendrá un costo muy alto para la población  cuando un sistema es orientado a la gente de pocos recursos. El estudio nos va a dar resultados interesantes que  no vamos a adelantar”,  aseveró.
 
La autoridad dijo que hasta el momento el sistema de transporte por cable ha demostrado ser no sólo sostenible, "sino que ha generado excedentes  que van en beneficio de la población”. Manifestó que la inversión será recuperada en 30 a 32 años.
 
Asimismo, señaló que la implementación de la línea Azul -que va desde la Feria 16 de Julio de El Alto hasta la extranca de San Roque- incrementó el flujo en la línea Roja en un 20%. Se prevé que ese porcentaje  suba aún más una vez que la línea Naranja entre en funcionamiento, a finales de este año. Hasta el 2016, los ramales Rojo y Verde eran superados en flujo de pasajeros  por el Amarillo.
 
"Como pasó en la Roja, una vez que la Verde tenga  conexión con el centro  para trasladar a sus usuarios”, aseguró.

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