Info mapeo violencia sexual.
En El Alto hay al menos 15 rutas de trata y tráfico de jóvenes con fines de explotación sexual, develó un estudio patrocinado por la Fundación La Paz y la Fundación Munasim Kullakita y presentada en el IV Congreso Latinoamericano contra ambos delitos que concluyó ayer.
“El Alto no es solo un lugar de destino, sino de captación y traslado de jóvenes para el comercio sexual” hacia poblaciones situadas en otras provincias, en otros departamentos de Bolivia e incluso en otros países, explicó el sociólogo Alfonso Hinojosa, quien llevó adelante el estudio.
La investigación recopila la información proporcionada por niñas y adolescentes que fueron víctimas de este flagelo, y de otros actores involucrados como trabajadoras sexuales, proxenetas, autoridades policiales, judiciales, entre otros. Según el mapeo efectuado, las rutas dentro del departamento de La Paz están vinculadas a los centros mineros de los Yungas.
Las jóvenes captadas en la urbe alteña son llevadas a Caranavi (1), Chulumani (2), Ocobaya (3), Coroico (4), Palos Blancos (5) y Mapiri (6). “La minería es una de las mayores demandantes del comercio sexual”, manifestó Hinojosa. En el ámbito interdepartamental, las víctimas son llevadas hacia Oruro (7), Cochabamba (8), Santa Cruz (9), Sucre (10), Tarija (11) y Beni (12).
Externas. “Al exterior del país, un destino fundamental es Perú (13), en especial las minas como la Candelaria, donde según datos de las propias autoridades, habrían más de 1.000 bolivianas en situación de prostitución, aunque no pudimos corroborar eso en la investigación”.
El 23 de julio de este año, la responsable de la Dirección General de Trata y Tráfico de Personas del Ministerio de Gobierno, Melania Torrico, informó que en la población peruana de La Rinconada hay 2.500 bolivianas “víctimas de las organizaciones criminales de tratantes”.
De ese total, la mitad son menores de edad, apuntó esa autoridad. Además de la ruta por el Desaguadero rumbo a Perú, Hinojosa también identificó la que va a Pisiga para llegar hasta Chile (14) y la que se dirige hacia Villazón (Potosí) hasta arribar a Argentina (15).
“Si bien llevan jóvenes a la Argentina a trabajar en talleres textiles, en medio de eso hay comercio sexual”. El investigador también hizo un mapeo en el que estableció que la Ceja, Villa Dolores, 12 de Octubre, Senkata y el inicio de la Feria 16 de Julio son los sectores de más alto riesgo en esa urbe.
“El comercio sexual en El Alto se da en varias modalidades. Una son los lenocinios que están identificados en la zona 12 de Octubre, donde existen 12 en total. Allí hay mujeres, pero no son menores de edad”. “El grueso de la violencia sexual comercial —agregó— se encuentra en las casas de citas y en los alojamientos, estos últimos hace tiempo que han dejado de ser lugares de reposo para viajeros”.
Según el estudio encargado por las dos fundaciones, los alojamientos son moteles disfrazados que sirven para retener a jóvenes y adolescentes víctimas de explotación sexual comercial. “Les ponen rejas a los pisos superiores, y allí las tienen retenidas como en cárceles”.
Respecto a las casas de citas, Hinojosa aseguró que operan disfrazadas de clubes privados, la mayoría sin licencia de funcionamiento, y son promocionadas a través de volantes, repartidos en las calles por jóvenes, quienes indican a los potenciales clientes cómo llegar a ellas, que están identificadas con números.
Delitos. “La actividad comercial tal cual la conocemos en El Alto encubre el comercio sexual, porque muchas de estas casas de citas funcionan como restaurantes, en el segundo piso hay una discoteca y en el tercero se encuentran las chicas, en cubículos dentro de los cuartos”. La violencia sexual que se da contra jóvenes que viven en situación de calle es otra de esas modalidades.
Hinojosa informó que la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, dependiente del Gobierno Municipal de El Alto, mediante su Sistema de Información Defensorial (SID), identificó entre 2014 y 2015, 15 tipos de delitos contra la libertad de las personas, en los que la trata figura como una tipología secundaria.
“Esos datos reflejan la existencia de 102 casos de trata registrados en el SID durante las gestiones 2014 y 2015, 82 están relacionados con la explotación sexual comercial y 20 con la explotación laboral”.
De estos 82 casos, 50 fueron pasados a conocimiento de las instancias competentes, es decir de la División de Trata y Tráfico de Personas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y a la Fiscalía, para que inicien las investigaciones.
Sin embargo, solo seis llegaron hasta los estrados judiciales porque tenían todos los medios probatorios, pero apenas tres terminaron con la emisión de una sentencia. Según la investigación de Hinojosa, la edad promedio de las víctimas de estos casos es de 15,3 años, aunque hay niñas de 11 y 12. El 62% de las niñas, adolescentes y jóvenes captadas por las redes nació en El Alto, y el restante 38% proviene de otras regiones del departamento de La Paz y del interior.
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