La secretaria de Desarrollo Social del Gobierno Municipal de El Alto (GAMEA), Blanca Mendoza, manifestó su preocupación por los cuadros de desnutrición que presentan personas menores en esta urbe, pues de enero al 27 de julio, se recibieron nueve casos de desnutrición severa, siete de los cuales fallecieron.
El Alteño
La autoridad precisó a El Alteño que la mayoría de los fallecidos eran menores de dos años y en gran parte fue por la negligencia de sus progenitores de no realizar controles. Agregó que desde su nacimiento hasta los cinco años los niños cuentan con el Seguro Universal Materno Infantil (SUMI).
Otro factor en esta problemática es la cuestión económica ya que gran parte de los pequeños no contaban con una fuente de empleo estable.
“La mayoría de los papás dijo que trabajaban eventualmente como albañiles y las señoras vendiendo algo en la calle y la mayoría tiene muchos hijos”, apuntó.
Consultada si la cantidad aumentó en relación a la gestión pasada, acotó que no se puede tener una comparación debido a que respecto de los casos del año pasado se los tomó como infanticidios.
“El año pasado no hemos visibilizado como desnutrición sino directamente como infanticidio, sin embargo es algo que nos ha llamado la atención este año porque son muy recurrentes”, dijo.
Mendoza informó que en los próximos días, diferentes instancias del GAMEA conformarán el Consejo Municipal de Nutrición como una estrategia para hacerle frente a esta problemática social que lacera a la urbe alteña, aunque aclaró que se hacen campañas permanentes para socializar la necesidad de una nutrición de calidad en las familias.
ÚLTIMO CASO
El jueves 26 de julio se registró el deceso de Judith, la beba de seis meses que el 23 ingresó al Hospital del Norte con un cuadro severo de desnutrición y algunos golpes, motivo por lo que sus padres se encuentran recluidos en diferentes penales de la ciudad de La Paz.
La mamá de la bebita reveló que no tenía dinero para alimentarla y que sólo le daba té porque no quería aceptar su pecho.
OTROS CASOS
En el primer trimestre de la pasada gestión, el país lamentó el fallecimiento de “Eva”, una niña de 12 años, quien murió con un cuadro de desnutrición severa, la extrema pobreza no le permitió recibir ni un tratamiento médico y tampoco salvar su vida.
Tenía cinco hermanos: Alan 19 años, Antonio 13 años; Andrés 8 años; Serafina 7 años; Paola 13 años.
Su papá y su mamá, estaban igualmente enfermos y desnutridos. Además, con alta depresión porque no conseguían trabajo. Solo su hermano Alan (19 años) trabajaba eventualmente como ayudante de albañil. Cuando él ganaba algo de dinero, la familia comía.
Otros problemas que padecía la familia eran la falta de vivienda propia, porque habitaban como “cuidadores” en una casa precaria que fue vendida y, el nuevo dueño decidió demolerla para una nueva construcción.
También a inicios de julio se conoció el caso de Limberth, un adolescente de 13 años con un peso de 10 kilos, en la actualidad el menor recibe atención médica y pesa 11 kilos y 100 gramos. Los galenos le dan atención especializada.
LA FRASE
"El año pasado no hemos diferenciado los casos de desnutrición, todo lo tomamos como infanticidio, pero este año fue recurrente".
Blanca Mendoza
Secretaria de Desarrollo Social
"Muchas veces nos quedamos sin un peso con mi esposo, tampoco tengo mucha leche de mi pecho, (...) por eso con mamadera nomás le crío a mi hijita, a veces le doy té o leche en mamadera”.
Elizabeth
Madre de Jusith
Director de Segip
LA CIFRA
SIETE KILOS
En septiembre de 2017 se conoció el caso de ”Naomi”, una adolescente de 14 años que llegó al Hospital del Norte, pesando tan sólo siete kilos, que luego de ocho meses fue rehabilitada y ganó más de nueve kilos. Ella venía de Guanay, provincia Larecaja del departamento de La Paz, tenía parálisis cerebral pero no el seguro de incapacidad.
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