lunes, 2 de julio de 2018

Población de coinfectados de tuberculosis crece en El Alto


Por semana se llega a diagnosticar entre cinco a siete casos nuevos de tuberculosis, de los cuales 30% son infectados con VIH-sida • Se registran 213 adolescentes de ellos el 60% está dedicado a la prostitución y se encuentran infectados con VIH-sidaEl Diario 

La tuberculosis, entendida como una enfermedad infecciosa, provocada por un bacilo, que se transmite a través del aire, en la actualidad registra un aumento del 40% en la población de coinfectados en El Alto, explicó el responsable de Epidemiología del Servicio Regional de salud (Seres), Elvin Mendoza.
La población de coinfectados se refiere a las personas portadoras con el virus del Vih-sida, quienes enfrentan mayor daño en su salud, cuando llegan a ser infectados con tuberculosis, enfermedad que afecta a los pulmones, no solo se convierten en un foco de riesgo por la expansión de esta enfermedad en personas sanas, si no por un peligro latente, porque los contagiados se resisten al tratamiento y viven en las calles.
“En este grupo de población de coinfectados, es mucho más difícil aplicar el tratamiento, porque los bacilos de la tuberculosis, suelen ser resistentes a los medicamentos, además que las personas que viven con el VIH, muchas veces no cumplen con su tratamiento, porque gran porcentaje están viviendo en condición de calle, dependientes del alcohol y las drogas, es en este grupo en el que está permaneciendo la enfermedad, por ellos remerge la enfermedad”, recalcó.
El especialista identificó que en este grupo de coinfectados de ambos sexos y de diferentes edades sobresale el grupo de edad reproductiva desde los 13 a 40 años, rango en el que aumenta la enfermedad, porque viven en conglomerados, con una mala alimentación ante el consumo de inhalantes y alcohol, además de supuesta promiscuidad sexual.
CONDICIÓN DE CALLE
Para Mendoza, el grupo de mayor riesgo que ocasiona la expansión de la tuberculosis, se ubica con los bebedores consuetudinarios, personas en condición de calle, que en muchos de los casos también son portadores de VIH-sida.
“Este grupo de riesgo no continúa con el tratamiento que dura entre seis meses a un año y por el contrario, es difícil que el personal de Salud, pueda aplicar programas denominados Dots, que significa hacer una supervisión de los afectados con tuberculosis para que concluyan su tratamiento, porque no tienen un lugar fijo de residencia, en su condición de consumo de bebidas alcohólicas y droga difícilmente cumplen con la toma de sus barbitúricos recetados y por el contrario, al no realizar el tratamiento ocasionan que las bacterias de la tuberculosis sean más resistentes y fáciles de contagio a la población sana”, observó.
En general, se ve una disminución de los índices de contagio en los últimos años, pero el proceso es lento, debido a que la mayoría de las personas afectadas con esta enfermedad acuden a su análisis y tratamiento de forma tardía.
“Llegan por ayuda en etapa avanzada de la enfermedad, momento en que se requiere mayor agresividad de los medicamentos, pese a que tanto el diagnóstico y la medicación es gratuito, en todos los establecimientos de salud pública, la gente está llegando después de dos a tres meses de haber adquirido la infección, tiempo en que la batería llega a causar el mayor daño a los pulmones”, lamentó.
ABANDONO
Otro factor que genera mayores perjuicios en la reducción de la enfermedad, es el abandono del tratamiento, que se presenta en menores casos.
Otro de los grupos de riesgo identificado por Mendoza, son los privados de libertad del penal de Chonchocoro y San Pedro, que no pertenecen al sistema de salud en El Alto y el personal de estos centros penitenciarios son los que deben realizar el seguimiento correspondiente y tratamiento a personas con tuberculosis que viven en hacinamiento.
“Cuando existe caso sospechosos, se realiza de forma inmediata el diagnóstico y una vez que se confirma la presencia de este tipo de bacterias que se propagan por el aire, de una a otra persona, se designa el tratamiento médico”, explicó.
También queda en riesgo el personal de salud que debe atender y estar en contacto permanente con los infectados de tuberculosis.
POLÍTICAS
En la presente semana mediante el programa de VIH-sida y el programa de tuberculosis, se busca estrategias para atender a los grupos de alto riesgo, razón por la que se aplicarán protocolos de vigilancia, con la finalidad de atender al grupo poblacional reacio al tratamiento.
“Estamos viendo diferentes políticas y esperemos que nos coopere el municipio, para registrar cuántas de las personas en condición de calle, se encuentran infectadas tanto con VIH-sida y tuberculosis. Pero existe el problema de cómo continuar el tratamiento y seguimiento de dichos casos”, concluyó.

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