Ambas autoridades, con perfiles muy distintos entre sí, se convirtieron en ministros en 2006, en el primer mandato de Evo Morales.
Página Siete / La Paz
Se fueron dos ministros "pesos pesados” del gabinete de Evo Morales que lo acompañaron desde su asunción al poder y con perfiles muy distintos entre sí: David Choquehuanca y Juan Ramón Quintana dejaron ayer los ministerios de Relaciones Exteriores y Presidencia, respectivamente.
El primero nació en Huarina (La Paz) en 1961 y desde los años 80 comenzó a participar en procesos políticos siempre impulsando el movimiento campesino indígena, hasta que en enero de 2006 fue nombrado canciller por Morales, con quien había compartido varios años de amistad.
El segundo nació en Aiquile (Cochabamba) en 1960. En 1978 comenzó su carrera militar en el Ejército. Asistió a la Escuela de las Américas de Estados Unidos, famosa porque supuestamente se enseñaban métodos de tortura. En 1997 se retiró del Ejército con el grado de mayor y hasta 2002 trabajó en el gobierno de Hugo Banzer. En 2006 Morales lo nombró ministro de la Presidencia.
Choquehuanca se mantuvo en su cargo los 11 años del Gobierno de Evo, a diferencia de Quintana, que dejó el Ministerio de la Presidencia entre 2010 y 2012.
El nuevo canciller es el abogado e investigador aymara Fernando Huanacuni. Difusor de la cultura indígena originaria que trabajó en la Cancillería hasta 2014. En vez de Quintana ingresó René Martínez, expresidente del Senado y director de Defensa del Manantial Silala.
Aún no se conoce con certeza cuál será el futuro de los ahora exministros. En su discurso de despedida Choquehuanca dijo que volvería "a las bases” para impulsar el liderazgo de Morales y el proceso de cambio.
El Presidente celebró esas palabras, pues consideró que "cuando uno piensa en la liberación del pueblo, con cargo o sin cargo siempre está con el pueblo, trabajando y aportando de donde sea”.
Por otro lado, el periodista y columnista Ilya Fortún consideró que en el cambio del gabinete llama más la atención las salidas que los ingresos, por el peso político con el que cuentan Quintana y Choquehuanca, en comparación a sus reemplazantes.
Fortún también considera que con estos cambios el Gobierno no gana nada, pues ni se apostó por impulsar el aspecto técnico, ni el político. "Ni las necesidades políticas de Evo, ni las de alto perfil técnico y de gestión que necesita la población han sido satisfechas. Es un gabinete híbrido, que no cumple con ninguna expectativa”.
El politólogo y exministro Gustavo Pedraza opinó que con los cambios el Presidente buscó resolver una disputa interna que encabezaban los ministros salientes con visiones contrapuestas y dio un claro mensaje: "Muchos pensaban que había ministros imprescindibles, se demostró que no es así”.
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