Entre los documentos enviados al fiscal Quenta figuran el protocolo de autopsia, el certificado de defunción y los análisis de laboratorio criminalístico.
ANF
Mediante un memorial, la Compañía de Jesús entregó a la Fiscalía un legajo de más de una decena de documentos que prueban la identidad y las causas de la muerte del sacerdote Luis Espinal, asesinado en marzo de 1980, por lo que pide la suspensión de la exhumación de sus restos prevista para el 31 de enero.
Luego de exponer cuáles son los documentos entregados, la orden religiosa pide al fiscal Genaro Quenta que "deje sin efecto el acto de exhumación dispuesto para el día 31 de enero del presente año a horas 14.30”.
Los documentos entregados a la Fiscalía son:
- Copia del protocolo de autopsia realizada por el médico Rolando Costa Arduz.
- Protocolo del levantamiento de cadáver.
- Orden de examen médico-legal
- Informe del director general de investigación nacional
- Informes dirigidos al jefe de la División Homicidios
- Solicitud de trabajo técnico al Laboratorio Criminalístico
- Informes del laboratorio criminalístico nacional
- Descripción del lugar del hecho
- Tomas fotográficas
- Declaraciones informativas
- Certificado de defunción, que prueba que Rolando Costa Arduz fue el médico que comprobó su muerte.
La Compañía de Jesús, además, indica que está dispuesta a colaborar en todo lo que encuentre a su alcance con la investigación que permita esclarecer el espeluznante asesinato del P. Luis Espinal Camps, pero siempre respetando su memoria”.
En criterio de la orden religiosa, "pretender continuar con la realización de la exhumación atenta contra el respeto a los restos del cuerpo humano del P Luis Espinal Camps; sobre los cuales la Compañía de Jesús tiene el derecho de protegerlos y precautelarlos como su familia en la tierra y hermanos de fe ante Dios”.
La orden religiosa, además, pide citar al forense Costa Arduz, de quien incluso se consigna su dirección en La Paz, para que pueda ser hallado.
El fiscal Quenta investiga la denuncia planteada en 2015 por el excoronel de Ejército, Roberto Meleán, que señalaba como autor intelectual del crimen en marzo de 1980 al entonces comandante de la Fuerza Aérea Boliviana, Jaime Niño de Guzmán.
La autopsia practicada a Espinal estableció que murió por hemorragia provocada por disparos de armas de fuego y torturas que le fueron aplicadas en vida.
El protocolo de la autopsia indica que se encontraron 17 orificios de entrada o de salida en el cuerpo del sacerdote jesuita. Una nota del periódico Aquí, del año 1983, que era dirigido por el propio Espinal antes de morir, indica que éste recibió 12 balazos y que fue cruelmente torturado en el matadero de La Paz, antes de ser llevado al camino hacia Achachicala donde fue hallado su cuerpo.
Estos documentos se suman a otros que fueron apareciendo en las últimas semanas, luego de que el fiscal Quenta anunciara la exhumación de los restos de espinal.
La Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional y Social (Asofamd) presentó un legajo de documentación ante los medios de comunicación, los que coinciden con los entregados por la Compañía de Jesús a la Fiscalía. Algunos de esos documentos se adjuntan al finalizar esta nota.
Entre esta documentación se puede advertir, por ejemplo, que en la casa donde vivía Espinal, días antes de su asesinato, se recibieron llamadas preguntando sobre los horarios de llegada y otras rutinas del sacerdote, lo que lleva a deducir que el asesinato fue cuidadosamente planificado.
Espinal, según los periódicos de la época, fue asesinado el 22 de marzo de 1980 por paramilitares, poco antes de que se instaurara la dictadura de Luis García Meza.
Las crónicas de Aquí cuentan que Espinal, aquel día, acudió al cine para mirar una película y elaborar su crítica semanal, y que al salir comió algo en un snack del centro de la ciudad para luego dirigirse a su casa. Antes de llegar, fue interceptado y subido a un jeep.
Luego, investigaciones del periódico Aquí revelaron que fue llevado al matadero para ser torturado. Incluso existe el testimonio de una niña, la hija del cuidador de ese lugar, que vio cuando ingresaron a Espinal cubierto con una sábana, aunque su cabeza quedó al descubierto.
También el periódico Aquí estableció que el cuerpo de Espinal fue retirado de la zona de Achachicala y llevado en primera instancia a la DIN, donde fue lavado con la intención de borrar los rastros de sus asesinos.
Luego, sería llevado a la morgue, donde se le practicó la autopsia.
En 1983, el periódico Los Tiempos publicó fotos inéditas del cuerpo de Espinal, en las que se puede observar las torturas, heridas de bala y fracturas que le provocaron en las piernas.
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