Archivo Freddy Barragán / Página Siete. Fernández, una de las figuras, celebra en el clásico.
Los bolivaristas ganaron los dos clásicos del torneo a The Strongest, extremo que también marcó diferencia. El equipo supo reponerse a dos derrotas consecutivas que tuvo de visitante.
Página Siete / Marco Mejía / La Paz
Bolívar fue imbatible en casa. Esa fue la principal característica que tuvo para conquistar su título 27 en la historia del fútbol profesional boliviano. Los celestes vencieron todos los encuentros que disputaron en condición de local con el 100% de las unidades en disputa, que le dieron la posibilidad de festejar el título.
En el pasado semestre la Academia había perdido un solo partido en La Paz, con Oriente Petrolero, puntos que luego le impidieron conseguir la corona y que le obligaron a ir a un partido extra con The Strongest, que finalmente se proclamó campeón. Sin embargo, en este certamen las cosas fueron totalmente distintas y el elenco de Tembladerani tuvo como premisa ganar primero todo en casa y después cosechar unidades fuera de casa.
En su camino rumbo al campeonato es bueno destacar que jugando como local le ganó en la ida y en la vuelta a The Strongest, 4-1 y 3-1, restándole seis puntos claves al rival más pintado que tuvo en el torneo y que mostraba un gran rendimiento en la Copa Libertadores.
En el resto de los compromisos, los bolivaristas no tuvieron mayores problemas para imponerse a sus rivales con total superioridad en el terreno de juego, inclusive en tres juegos repitió una goleada de 5-0 frente a Universitario, Sport Boys y Blooming, demostrando la gran contundencia que tuvo en ataque.
Los números son claros: como locales los académicos marcaron 35 goles a favor y su valla sólo cayó en cuatro ocasiones. Hace más de 15 años que el arco de los celestes no recibía tan pocos goles en contra jugando en el Hernando Siles.
Es bueno mencionar que Bolívar disputó dos partidos de local en el estadio Libertador Simón Bolívar de la zona de Tembladerani, debido a que el Hernando Siles se encontraba en refacción. Después de largos 14 años la Academia usó su escenario y no desentonó en los triunfos que tuvo ante Petrolero (3-0) y Real Potosí (4-0).
Un bajón momentáneo
En toda campaña existe picos bajos en el rendimiento y a Bolívar le ocurrió en la fecha 13 y 14, cuando le tocó dos visitas consecutivas frente a Guabirá y Real Potosí. El equipo fue primero a Montero y cayó 2-1 ante los azucareros, que fueron otro de los planteles que hizo respetar su casa durante el certamen. En la fecha siguiente el partido fue en la Villa Imperial, ante el Real Potosí, que estaba en los últimos lugares, pero los académicos volvieron a caer por 2-1.
A esas alturas The Strongest y Oriente Petrolero empezaban a sumar de a tres y se acercaban peligrosamente a Bolívar, que tuvo como nuevo punto de inflexión el clásico revancha ante los atigrados que ganaron por 3-1. A partir de ahí el equipo tuvo una seguidilla de tres juegos en el Siles: con Sport Boys, Blooming y Wilstermann, con los que sumó sólo triunfos y sacó una ventaja de nueve puntos en la tabla, que le dieron aire para afrontar la última parte del campeonato.
El fixture de Bolívar contempló tres visitas en la parte final del certamen. Primero igualó 2-2 con Petrolero, el pasado domingo venció 3-0 a Nacional Potosí y como el pasado miércoles el Tigre no pudo ganar en la Villa Imperial, la fecha decisiva fue la de ayer en la capital del Estado en el lance ante Universitario de Sucre.
Así ganó la Academia su título 27 en Bolivia y el último en el período de la Liga, cerrando brillantemente un período donde fue el más ganador.
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