miércoles, 21 de diciembre de 2016

El Buen Samaritano quiere dar vida y ropa a 2.500 indigentes

El 29 de diciembre, un centenar de voluntarios le dedicará un día a las personas en situación de calle. Los bañarán y vestirán para darles fe de una nueva vida.
Pagina Siete / Leny Chuquimia /  La Paz 

 La campaña El Buen Samaritano se prepara para cambiar  la vida -aunque por un día- de más de 2.500 niños y adultos que viven en situación de calle dependientes de las drogas, el alcohol o los inhalantes. A pocos días del reto  aún faltan  pañales para bebés, insumos de higiene personal  y zapatos deportivos, tanto para  mujeres como para hombres.

 En predios de la iglesia Monte de Oración -en la avenida Montes de La Paz- decenas de jóvenes y adolescentes clasifican costales de ropa que llegaron como donativo para la decimocuarta versión del Buen Samaritano. La talla, el género y el estado son los criterios que priman para  ordenar las prendas que pronto darán abrigo a cientos de personas.

       "Nuestra campaña ha crecido bastante con los años. Tanto en donativos y voluntarios como en la cantidad de indigentes que por un día reciben la atención que a lo largo del año nadie  les da”, explica Sandra Achá, una de las responsables.

    Desde su primera campaña en 2002 hasta la del año pasado el número de  personas atendidas creció de 500 a 2.500, cifra que espera ser igualada o superada.

Cada uno de los beneficiados pasó por los ocho pasos de atención, desde el reclutamiento, registro, aseo, entrega de ropa, peluquería, atención médica, alimentación y la restauración hecha por Dios.  Este último es "el paso más importante para sanar no sólo el cuerpo sino el alma”. 

"Entre ellos llegan no sólo personas mayores dependientes del alcohol o las drogas, sino  jóvenes y adolescentes como nosotros, niños y bebés que desde tan pequeños tienen el olor a clefa”, indica Daniela Alarcón, una de los más de 40  voluntarios de Las Patrullas del Buen Samaritano.   

Sólo en la gestión 2015 cerca del 40% de los atendidos eran jóvenes, adolescentes y niños. Entre ellos más de 200 bebés.

 "Para ellos  necesitamos  con urgencia pañales desechables, toallas, pañitos húmedos, ropita, mantillas   y ungüentos para las escaldaduras porque llegan con lesiones”, solicita Nancy Alejo, otra de las responsables.  

   Pero lo que falta aún es mucho. Se requiere ropa interior nueva, así como zapatos deportivos porque muchos de ellos no tienen más hogar que la calle. También  hacen falta insumos de limpieza, cepillos de dientes, dentífricos, jaboncillos, champú, toallas higiénicas y otros para que puedan ser entregados  para el uso diario.

El próximo 29 de diciembre, el trabajo empezará  con  la identificación de lugares donde habitan los indigentes y el reclutamiento y traslado de los mismos.  Participan  hermanos de la congregación ya rehabilitados que les darán testimonio de su conversión e invitarán a empezar una nueva vida basada en la fe.

"Para eso también vamos a necesitar voluntarios que nos colaboren con sus movilidades para el transporte. Serán tres horas de ayuda que pueden cambiar  una vida entera”, asegura Achá.

Las historias  de estos  14 años de una campaña contra viento y marea han mostrado a los buenos samaritanos del Monte de Oración que todo gran cambio puede empezar con una pequeña acción de amor y fe. De los que fueron atendidos  muchos decidieron entregar su vida a Dios, otros limpios y arreglados volvieron a sus hogares.

 Algunos  decidieron ingresar a centros de rehabilitación donde la iglesia realizó el seguimiento, pero recayeron y regresaron a las calles, de donde otros tantos no salieron.   

A cuenta gotas, el centro de operaciones de esta gran campaña se va llenando de apoyo.
 
Adolescentes, jóvenes y adultos trabajan entusiasmados en medio de costales de ropa y zapatos.
 
Ponen esmero en clasificar las vestimentas e imaginan cómo se verán los atuendos de muchos hombres y mujeres que  tras verse diferentes en el espejo decidirán volver a empezar.

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