lunes, 1 de julio de 2019

El alto costo para tratar el cáncer en Bolivia duele y golpea también a los jóvenes

Pacientes en el Hospital de Clínicas. Foto: ANF


Los pacientes jóvenes recurren a kermes y campañas solidarias para conseguir el dinero que financie sus curaciones, muchas veces no lo logran.
 ANF


Los altos costos de los tratamientos para el cáncer en el país son un problema para aquellas personas que padecen este mal y que buscan salvar sus vidas. La situación se agrava cuando la víctima es joven y no tiene condiciones económicas para afrontar la enfermedad ni financiar los tratamientos.
Muchas veces, desesperados recurren a kermeses y campañas solidarias para recaudar fondos, pero muchas veces no logran su objetivo.
Mayerli (16) y Denis (19) son dos jóvenes bolivianos que luchan contra el cáncer. La vida de ambos cambió de forma radical hace un año, cuando por separado fueron diagnosticados con la enfermedad que hasta ahora los golpea a diario por los altos costos que significa costear los tratamientos que requieren para sobrevivir.
Caso Mayerli
Hace un año y ocho meses, Mayerli que es una adolescente de 16 años, se convirtió en mamá de un varón. Pensó que su vida no podía estar mejor junto a su pareja y pequeño retoño. Pero tiempo después del nacimiento de su primogénito, sintió dolores fuertes en el vientre, que la obligó a buscar ayuda a un hospital público.
En solo minutos, su vida cambio, los galenos le informaron que tenía un tumor maligno y que debía ser sometida a una cirugía de forma inmediata. Con mucho sacrificio lograron conseguir el dinero y la operación fue un “éxito”, según los médicos que la atendieron. Cuando pensaba que todo estaba controlado, los dolores regresaron a su vida.
Esta vez los especialistas le recomendaron que se realice ocho sesiones de quimioterapia para evitar que el tumor detectado en sus ovarios crezca y acabe con su vida. Desesperada, buscó ayuda en su familia, pero por la limitada situación económica de su familia no logró reunir el dinero que requería, cada sesión tiene un valor de Bs 4.000.
Como toda mamá, Mayerli no deja de pensar en su pequeño hijo, teme que el cáncer le arrebate su vida, dejándolo solo a su retoño.
“No quiero que mi hijo crezca solo, él me da pena, mi hijito, está chiquito y me necesita”, afirma, con voz llorosa. A tiempo de relatar que su pareja, otro joven, la apoya incondicionalmente, pero dejó de trabajar para cuidar a su primogénito y asistirla, ya que Mayerli tiene una colostomía y cada cierto tiempo las bolsas deben ser remplazadas.
La adolescente dice que no tiene el apoyo de otras personas para cuidar su pequeño, por eso el niño tiene que recorrer largas distancias y aguantar trámites burocráticos en los hospitales.
La familia de Mayerli necesita apoyo, muchas veces no pueden alimentarse bien por los gastos que le significan las consultas por su enfermedad. Hay días que tampoco puede comprar un pañal para su pequeño hijo. Las personas que quieran ayudar a esta joven madres pueden comunicarse al 79565535 o donar a la cuenta 4067184147 del Banco Mercantil.
“Por favor, desde el fondo de mi corazón ruego que me ayude, quiero vivir por mi hijito. No quiero que se quedé sin mamá. Ayúdenme”, implora la adolescente, que debe empezar sus quimioterapias lo más antes posible, caso contrario su vida corre peligro.

Caso Denis
Tiene 19 años y vive en El Alto. El año pasado salió bachiller y en ese transcurso fue detectado con cáncer en la nariz y garganta. Su papá, don Bartolomé Choque que se dedica a la peluquería, hizo lo posible por conseguir cura para Denis y logró financiar, con el apoyo de amigos y familiares, cinco sesiones de quimioterapia y 27 sesiones de radioterapia.
Cuenta que el tratamiento fue favorable, pero ahora, la enfermedad se intensifica en la garganta y apenas puede hablar y respirar. Su lucha es constante y los dolores insoportables. Aun así, sonríe y tiene la esperanza de ganar la batalla, porque afirma que tiene muchos sueños por cumplir.
Don Bartolomé relata que la lucha contra la enfermedad comenzó en julio del año pasado. E incluso, dice que se encontró con la negligencia médica en la urbe alteña, que al principio no lograron detectar con certeza el cáncer que padecía Denis. Dice que fueron “análisis, tras análisis” e incluso, revela que en un día llegó a gastar $us 3.500.
“Ya se va cumplir un año de nuestra lucha, en todo ese tiempo, los doctores me pedían, exámenes, plaquetas, biopsias, cada uno tenía un costo de arriba de Bs 3.000, he botado mucha plata, pero todo lo hago por mi hijo, para que se cure. Es lo único que pido”, afirma.
El progenitor remarca que ya se agotaron sus ahorros y como peluquero sus ingresos son mínimos, e incluso hay días que no puede trabajar porque tiene que cuidar a Denis, que apenas puede respirar y necesita una cirugía urgente para que no se cierre su garganta, la operación tiene un costo de Bs 15.000. Posteriormente debe realizar tres quimioterapias que tienen un valor de Bs 6.000.
Desesperados por conseguir el dinero, el papá de Denis junto a compañeros de colegio de su hijos y amigo organizaron una kermes el pasado 23 de junio, pero pese al esfuerzo y el empeño, solo lograron reunir menos de la mitad de los recursos que se necesitan.
El papá clama por ayuda para su hijo. Dice que es urgente que se realice la operación para evitar que Denis deje de respirar.
Para ayudar a la familia pueden contactar a Denis al 63250546 o, a su papá Bartolomé Choque al 73736920.  

La secretaria de Fiscalización de la Asociación de Pacientes con Cáncer, Susana Zuazo, lamentó la situación que atraviesan los jóvenes, víctimas del cáncer que sufren por la enfermedad, y más cuando el Sistema Único de Salud (SUS) no cubre ciertos medicamentos, cirugías complejas y quimioterapias.
“En los últimos tiempos tenemos muchos jóvenes con cáncer de 16, 18, 19 años en adelante. Lo triste es que el SUS no cubre las quimioterapias que necesita la mayoría de estos jóvenes y su condición económica no los ayuda. El tema de los costos altos de los tratamientos es un problema y en jóvenes duele harto”, informa.
Zuazo apela a la solidaridad de las personas, para que estos jóvenes consigan financiar su tratamiento y seguir viviendo para cumplir sus sueños.









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